Día Mundial de la Salud: riesgos, progresos y desafío

El próximo domingo 7 de abril se conmemora un nuevo aniversario de la fundación de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Expertos y académicos de la Universidad de Talca hablan sobre los retos que tiene la región y el país en materia sanitaria.



El próximo domingo 7 de abril se celebra el Día Mundial de la Salud, fecha en que se conmemora el día en que se fundó la Organización Mundial de la Salud (OMS), entidad de las Naciones Unidas especializado en gestionar políticas de prevención, promoción e intervención en salud a nivel mundial.

La OMS está conformada por más de 7.000 personas que trabajan en 150 países, incluyendo Chile.

El organismo pone atención en múltiples desafíos: que van desde brotes de enfermedades prevenibles por vacunación como el sarampión y la difteria, el aumento de los reportes de patógenos resistentes a los medicamentos y el incremento de las tasas de obesidad; hasta los efectos en la salud de la contaminación ambiental, el cambio climático y las múltiples crisis humanitarias. 

Riesgos

Para el año 2019,  la OMS ha detectado las 10 principales amenazas a la salud

·         Contaminación del aire y cambio climático. (Nueve de cada 10 personas respiran aire contaminado)
·         Enfermedades no transmisibles. (Como la diabetes, cáncer y enfermedades cardíacas)
·         Pandemia global de influenza. (El mundo enfrentará otra pandemia de influenza, no se sabe cuándo llegará y cuan grave se comportará)
·         Entornos frágiles y vulnerables. (Más de 1.600 millones de personas viven en lugares donde las crisis prolongadas como la sequía, el hambre el desplazamiento de la población dejan a los seres humanos sin atención de salud)
·         Resistencia antimicrobiana. (El desarrollo de antibióticos, antivirales y antimaláricos son algunos de los mayores éxitos de la medicina moderna. Pero el tiempo de estos medicamentos se está acabando)
·         Ébola y otros tipos de patógenos. (En 2018, la República Democrática del Congo vivió dos brotes distintos de ébola, que se extendieron a ciudades de más de 1 millón de personas).
·         Débil atención primaria de salud. (La atención primaria de salud suele ser el primer punto de contacto que tienen las personas con su sistema de atención médica).
·         Dudas sobre las vacunas. (Las dudas sobre las vacunas -la renuencia o el rechazo- amenaza con revertir el progreso realizado en la lucha contra las enfermedades prevenibles por vacunación. La vacunación es una de las formas más rentables de evitar la enfermedad)
·         Dengue. (El dengue, una enfermedad transmitida por mosquitos que causa síntomas similares a la gripe y puede ser letal y matar hasta el 20% de las personas con dengue grave)
·         VIH. (El progreso logrado contra el VIH fue enorme en cuanto a incrementar el número de personas que se realizan las pruebas,  además de proporcionar  antirretrovirales para tener  acceso a medidas preventivas).

Progresos

El decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Talca, Carlos Padilla, destaca al respecto: “Nuestro país muestra algunas distinciones interesantes  en el ámbito de los países con el mejor sistema de salud en América Latina. En esta parte del mundo con modelos sanitarios muy diferentes se han obtenido buenos resultados que garantizan una  baja mortalidad y mayor esperanza de vida. Chile actualmente es el país con mayor esperanza  de vida en América Latina con un promedio de 80 años. Le siguen con 79 años Colombia, Costa Rica y Cuba”.

De igual modo, la autoridad académica subraya los datos en relación a la mortalidad infantil. “La OMS destaca a Cuba donde la probabilidad de morir antes de los 5 años es de 6 cada 1000 nacidos vivos y le sigue Chile con 8 y luego Costa Rica con 10”.

Desafíos

Si bien el país muestra avances sanitarios que son reconocidos por todas las naciones, existen desafíos pendientes. A juicio de Trinidad Mariqueo, académica del Centro de Investigaciones Médicas de la Escuela de Medicina de la UTALCA, los retos están relacionados con la prevención y manejo de las enfermedades crónicas.

“La Estrategia implica apuntar a reducir el impacto de las enfermedades crónicas transmisibles y no transmisibles, desde la tuberculosis a los problemas cardiovasculares, adicionando causas de mortalidad como los accidentes de tránsito y la violencia intrafamiliar por medio de acciones como aumentar las patologías AUGE, generar paquetes preventivos garantizados, mejorar la cobertura del tratamiento de Hipertensión y Diabetes, entre otras medidas”, indica la experta.

En ese sentido, dice que debe existir una estrategia que implique “atacar factores de riesgo como el consumo de tabaco, alcohol, la obesidad y sedentarismo; atacar los riesgos para la salud tanto en las diferentes etapas de vida, como para las distintas situaciones sociales, demográficas; velar por contar con ambientes de trabajo y condiciones alimentarias y medioambientales razonables para el correcto desarrollo de las personas.

La investigadora concluye que “se debe reforzar el sistema público de salud, cerrando las brechas en recursos humanos, potenciando la atención primaria, acreditando a los hospitales de la red, mejorando el acceso a las atenciones de salud, mejorando el trato a los usuarios, y dando a la población acceso a medicamentos de calidad y a precio justo. Finalmente, la estrategia recoge la necesidad de estar preparados para emergencias y desastres”.

En esa misma línea, Mónica Carrasco, académica del Departamento de Ciencias Biomédicas de la Universidad de Talca y fundadora del primer Centro de Investigación en Células Madres y Neurociencias en Chile, el desafío está “en ir en pro de la Medicina de Precisión”.

“La idea es avanzar a una medicina que esté hecha para cada persona, a través de la extracción o inducción de células madres de tu propio cuerpo para poder tener pronto terapias para tus patologías”, explicó.

Según sus cálculos, Chile está atrasado aproximadamente en diez años en esta materia. En esa línea, acusó que “no hay legislatura para células madres”. Al respecto, concluye: “No tenemos que reinventar la rueda, tenemos que tomar aquello que funciona y aplicarlo en nuestro país”.

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