Podemos ser mar, podemos ser gota.

Patricio Araya Campos Director Liceo TP Diego Portales Profesor “La mayoría de las cosas en el mundo han sido logradas por personas que lo han seguido intentando cuando parecía no había ninguna esperanza”. Esta frase del profesor y motivador Dale Carnegie resume lo que en el Liceo TP Diego Portales hacemos cada día: no darnos por vencidos. La perseverancia del latir de la vida, que lo hace con sentido. No es fácil apostar a todo aquello que parece perdido, no es fácil ir en el vagón de los que no caben en ninguna parte, no es fácil decir que se puede cuando todo alrededor nos dice lo contrario. Perseveramos, trabajamos y logramos ganar un espacio para nuestros jóvenes, evidenciando que sí se puede enmendar el rumbo del que da tumbo y trae lágrimas.
Lo hicimos. Literalmente sacamos rejas, pintamos con colores, abrimos puertas, ventanas, plantamos flores… dejamos fluir la esperanza. Pero entendiendo que la esperanza no es una palabra sino una acción constante del espíritu y el cuerpo. Es ir, hacer, crear, aplaudir, sujetar, abrazar, levantar, sostener… creer que el otro si es capaz y puede lograrlo. Sin embargo para nosotros, como individuos que pertenecen a una comunidad de docentes y asistentes de la educación, ha sido un constante descubrir talentos, habilidades, de atreverse, de jugársela por una idea, por una estrategia que nos permita avanzar. Y a partir de esta simbiosis que se ha dado en nuestro establecimiento, entre lo que tenemos y lo que requerimos… nos hemos desenvuelto cada día más. Porque creemos férreamente que la esperanza es algo nos dá la mano para continuar. Nos convertimos en aquello que necesitamos. Y nos hemos descubierto cantantes, escritores, cocineros, músicos, pintores, artesanos, mediadores y por sobre todo, creyentes en el espíritu humano. El fuego del dolor de una pandemia devastadora nos convirtió en un Fénix que está alzando un vuelo certero, empoderado, firme, sereno. Nos hemos equivocado, sin duda! ; hemos pasado por todas las emociones humanas pues… somos humanos!! Sin embargo aprendimos a rescatar la belleza del amor fraterno y en ello nos sostenemos, en la certeza de que si estamos obteniendo buenos resultados. Y que mejor recompensa a este esfuerzo -que nos tiene cansados y agobiados como a tantos- que las palabras de un estudiante egresado de nuestras aulas, de estos humildes patios y salas que se engalanan con la risa de nuestros muchachos. Escrita por un joven de la entonces carrera de Alimentación Colectiva –hoy Gastronomía-, quien con mucho esfuerzo siguió sus estudios universitarios, en ella narra (sic) “con mucho orgullo quisiera contarle que he sido seleccionado para realizar mi práctica en España, en el restaurante Martin Berasategui, el chef con más estrellas Michelín de Europa, siendo yo ex alumno del Liceo TP Diego Portales el único chileno admitido para esa vacante. Quiero que reafirme junto a su equipo el gran trabajo que están haciendo, que jamás bajen los brazos porque siempre hay un joven que necesita de ustedes, agradecerá y podrá seguir soñando sin límites. Llevo cada momento vivido en mi Liceo en el corazón, cada palabra de aliento y cada enseñanza entregada por mis profesores están plasmadas en mi alma. Siempre podrán entregar ese granito de arena que tocará y cambiará el corazón de los jóvenes de mi Liceo, el mejor de todos!!! Que debo agregar a esto? Un hijo Portaliano, en las calles de España, en las grandes lides de la gastronomía mundial!! Y como este, contamos tantos ejemplos de superación, de compromiso, de convicción para que una familia le gane a la desidia y la segregación. Universitarios, técnicos, trabajadores dependientes, uniformados, agricultores, dueñas de casa y madres con una visión de futuro para sus hijos, distinto, esperanzador, salieron de estas aulas para transformar sus propias vidas o de quienes les rodean. Cuando en educación invertimos no solo fondos sino que valores y sentimientos, logramos la creación de un corolario perfecto. Y la educación de calidad no pasa únicamente por contenidos o profesionales de excelencia sino por la profunda convicción de que estamos formando el futuro, por cuanto debemos ser dadivosos tanto en contenidos como experiencias de vida y la coherencia de la propia vida con el discurso que manifiesto, ya que no hay enseñanza más efectiva que la que se predica con el ejemplo. No puedo condenar la juventud sin valores si yo mismo adulto -padre o no- me conduzco de esa manera. Estamos acabando un año de una nueva realidad y cosechamos bellos frutos. Estamos haciendo bien el trabajo, docentes, asistentes de la educación, familias grandes y pequeñas, hemos podido avanzar y tener logros. Podríamos ser mejores? Sin duda! Por eso no debemos cejar en la esperanza, la rigurosidad, la entrega. No es la fuerza del mar lo que horada la roca… es la persistencia de la gota. Si se puede. Si somos capaces. Por tantos que ya no están, por tantos que siguen intentándolo… no dejemos caer los brazos. Si se puede más!!
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