LA CORONA DEL AÑO ESCOLAR

Como un aro conteniendo las más preciadas perlas cinceladas por labradores expertos, donde cada perla tiene atisbos de una historia de vida sumergida en aguas profundas de la pedagogía portaleana, al término del año escolar, ceñimos orgullosos en la cabeza, coronando la labor, la gestión, el esfuerzo, el mérito de todo docente, todo profesional asistente y todo estudiante. Este adorno, símbolo que engalana el logro de la meta, el haber alcanzado el umbral de la cima, el haber llegado a la cúspide de un plan o expectativa planteado al inicio del año escolar. El crisol de aquellos arduos días de trabajo, de un andar acelerado y de un sinnúmero de proyectos ejecutados cada día, cada semana, cada mes, desde que retornamos a clases hasta hoy. El año ya nos deja. Hay que evaluar el año, planificar lo que viene. Fines de noviembre e inicios de diciembre hemos celebrado la madurez de la semilla, el tiempo de cosecha, el momento de la pausa para reconocer, en un abrazo de felicitación y parabienes, el esfuerzo y rendimiento; ocasión para aplaudir y vitorear a quienes se destacaron en esta senda de aprender a ser mejores y poder alcanzar lo propuesto en marzo en un año complejo después de la pandemia que nos cambió la rutina de la vida. Hemos vivenciado ceremoniales de tradición e identidad como: las investiduras de terceros medios, las licenciaturas de los cuartos años, la titulación de los egresados, la premiación de los estudiantes de séptimo a terceros medios. Todas son parte de la gran síntesis de un año, de un ciclo, de un fragmento de la vida de nuestros estudiantes y sus familias, que se estampa en una foto, una lámina, que volveremos a ver cuando añoremos revivir este momento de excelso brillo para el alma que ciertamente otras vivencias acumulará en el devenir de su vida. ¡Sí! Porque muchas puertas se abren para seguir buscando concretar los planes de formación y vida. La oportunidad está para todos. Sea de flores, de metal, de perlas, de oro o plata, la corona honorífica que simbólicamente marca el cierre de un ciclo, para dar cabida a un futuro soñado, pensado, imaginado, preserva el sentido de pertenecer a esta familia y de seguir perteneciendo, aunque sea en la distancia y por siempre. En este placer de ver las sonrisas de satisfacción, el orgullo de tantos padres y madres, la alegría de los estudiantes, la algarabía de tantas voces, pareciera fácil llegar a ello, mas todos somos testigos de cómo transcurrió en el año escolar 2022, cuánta actividad, cuánta creatividad, cuánta tarea por cumplir, cuántas exigencias, cuántos problemas y cuántas soluciones buscamos en conjunto. Es tiempo de cosecha, y cada cual ha de recoger los frutos, semillas u hortalizas del huerto de su vida. Ahora es tiempo de celebrar en familia los logros de los estudiantes, la promoción de curso, el paseo o la fiesta tradicional para estrechar abrazos y concentrarse cada cual en su vivencia familiar. Se extrañará el tiempo de la escuela, el compañerismo, el sonido del timbre, la hora de clase, la interacción con los profesores y los asistentes de la educación. Ahora, se silencia el aula, los pasillos, el patio, cuyo árbol central extrañará las risas, las charlas, los juegos, los besos. El anuario de la mente recogerá lo más representativo de una vida escolar acontecida este año. En la lejanía del tiempo, lo más notorio quedará grabado en las mentes de quienes han compartido una experiencia común y extraordinaria a la vez. Para algunos, el mediodía de un jueves que se transformó en un trinar de cándidas versiones musicales, gastronómicas y artísticas con la familia portaleana, evidenciando el sentido de ser comunidad. Padres, madres, estudiantes, docentes directivos y de aula, tutores, asistentes de la educación, todos como una gran familia reunida alrededor de una mesa con espacio para todos. Al son del canto se celebró el encuentro familia-escuela. Cuenta de ello lo da la vivencia misma, la experiencia gratificante que el registro fotográfico puede evidenciar. ¡El concepto familia-escuela sí se hace vida en este plantel! ¡Qué decir de la mágica celebración del aniversario del 29, 30 y 31 de agosto, culminado con la fiesta de gala! Ese evento se vivió sin ninguna alteración al orden. En medio de luces y música marcó encuentros, bailes, un anhelado compartir después de tantas actividades de cada alianza. Una vez más, orgullosos podemos resaltar que allí siempre estuvo el apoyo del personal docente y asistente de la educación, así los padres y madres estuvieron confiados que todo sería perfecto y seguro, una experiencia inolvidables para muchos jóvenes. Ya de retorno de Lima, Perú, por concurso gastronómico anual, los estudiantes ganadores revivieron este hito peculiar del establecimiento ¡Cuánto esmero por ganar la competencia interna y vivir la experiencia internacional! Solo satisfacción, admiración y gran vivencia le quedará a quienes tuvieron el privilegio de viajar y experimentar ¡Se abrió un mundo gigante! Muchos más vibrarán al recordar su paso por la fiesta de la primavera con un Condorito portaleano, que viajó desde Pelotillehue y nos acompañó unos días en Linares. ¡Qué risas espontáneas complacieron la entrega de todo un equipo motivado por hacer todo bien, como siempre, destacando al plantel educacional! Estos días, muchos, en sus convivencias de curso junto a sus apoderados y profesores; el paseo a la plaza, sector Curanipe y Pelluhue por participar en la copa Centenario 2022; otros por haber ganado el premio “Identidad Portaleana”, por consiguiente, se felicitó a los Profesores, Asistentes, Apoderados y Estudiantes por su constante participación en todas las actividades del Liceo, que los hace merecedores del premio, entre los 31 cursos del Liceo Diego Portales. Al respecto, cabe aludir a una semblanza de lo disfrutado, en palabras de la profesora jefe y algunas de las apoderadas. La docente Claudia, después de disfrutar el premio, escribió: “Estimado Director, junto con saludar, agradezco de parte de todos los estudiantes y apoderados de mi curso, profesora Susan y tía Erika Gaminao, tutora de Benjamín Ávila, por la oportunidad de pasar un bello día en Constitución. Luego de un difícil año a nivel personal y un tremendo año lleno de grandes desafíos post pandemia en lo laboral, fue un viaje de desconexión de nuestras tareas diarias y una oportunidad para compartir y encontrarnos como grupo curso de manera diferente, dejando recuerdos inolvidables. Sé que había un par de jóvenes de mi curso que no conocían el mar y lo disfrutaron tremendamente”. Algunas palabras de sus apoderadas: “me encantó el viaje, fue hermoso, no conocía Constitución, fue un hermoso día, lo que más me impresionó fue el paseo en barco (hicimos un viaje por la isla en Catamarán), esto es para no olvidarlo nunca (Sra. Rosa A.). “Profe un viaje inolvidable, una experiencia única un viaje hermosísimo...además que los niños todos se portaron un 7, de verdad que me siento muy agradecida de haber sido partícipe de este paseo nos sirvió para conocernos un poquito más entre los apoderados y con ustedes profe y tutoras muchas gracias por todo lo vivido ese día (Sra. Rosa N.). “Estuvo muy agradable, llenito de mucho compañerismo, tanto como de los alumnos y apoderadas, el paseo nos dejó un grato recuerdo para todos. Gracias profesora, por tan lindo día entregado a cada alumno, ellos estaban muy felices y también las apoderadas, quedaron muy alegres por tan lindo viaje (Sra. Paola Rosales). “Para nosotros con Diego mi hijo, fue una linda experiencia, lo pasamos súper bien, como le decía ese día, yo me quedo con la imagen de los niños disfrutando del mar, lo que para algunos es algo tan simple, para ellos era su primera vez (Sra Yessenia M.). “Fue hermoso ver a nuestros chicos disfrutar del agüita y de todo como verdaderos niños, felices y contentos de todo.... Espero transmitir a usted el agradecimiento sincero de todos” (Sra. Valeska G.). En fin, ¡podríamos enumerar tantos grandes momentos y a tantas grandes personas que hacen posible soñar y continuar soñando! Ahora, los egresados sentirán el vacío de la partida para ya iniciar un trabajo de práctica, cumplir horarios y fortalecerse en la responsabilidad y el cumplimiento del deber; el tiempo no da tregua para seguir moviéndonos activa y positivamente para avanzar. Ya se aproxima el periodo de matrícula y resuena con candente voz la “Hoja de Ruta”, la que más de algún estudiante subvaloró hasta comprender tardíamente que debía haberse esmerado en su rendimiento y comportamiento para poder acceder a la firma que le aseguraba su continuidad en la especialidad de su primera elección, sin cuestionamiento alguno. No hay plazo que no se cumpla, ni deuda que no se pague, y algunos de los estudiantes, sintieron el cobro de su actuar inoportuno, una lección, aunque tardía, pero aprendida. Diciembre es un periodo de análisis para conocer cómo nos aplicamos en la tarea y cómo la enfrentaremos el próximo año; repensar mis proyectos; reflexionar en cuanto di desde mis talentos; en cuánto amé, desde mi corazón; en cuánto apoyé, desde mi generosidad; en cómo brindé calor, desde el sol que somos cada uno para dar calidez, luz, discernimiento a otros que buscan esclarecer su infortunio pasajero o dubitativo. En el solsticio de verano, ya es inminente el tiempo de receso para la recreación, la vivencia familiar, vacacionar, visitar familiares, disfrutar el verano. Fin de año es un tiempo para agradecer, mirar el sendero que hemos marcado para determinar si podemos recorrerlo o es necesario trazar uno nuevo. Verificar si la serpenteante ruta es segura o habría que demarcar las zonas de peligro para alertar a otros de seguir el destino seguro. Aprender de ese traspié, analizar mi camino, mi empeño y mis logros. Ser crítico conmigo mismo/a y emprender para un nuevo aprendizaje. El amor en lo que hice, trabajé, me empeñé, si valió la pena, si sembró o fue una semilla marchita que se mimetizó con la maleza en el jardín de mi existencia. Haber descrito los alcances de la ejecución de una planificación participativa y consensuada con la comunidad escolar nos avala en asegurar que ¡Sí, se puede! Que las condiciones de vulnerabilidad no son excusas para hacer feliz a nuestros estudiantes y de paso, ser felices nosotros.
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