Temporada de Riego 2025–2026, entre las más secas de la última década en el Maule (Por Dagoberto Bettancourt Madrid, Gerente y repartidor de aguas JVRM)
Las últimas dos temporadas de riego fueron una excepción, y ahora, hemos vuelto a enfrentar la realidad: la rápida disminución de los caudales observada en los últimos días de noviembre nos obliga a tomar decisiones basadas estrictamente en datos y evidencia.
En la más reciente sesión de directorio de la Junta de Vigilancia del Río Maule, se discutió la necesidad de garantizar una temporada de riego equilibrada, sin perder de vista que nuestra capacidad de regulación continúa siendo limitada. En el Río Maule, esta temporada será una de las tres más secas de los últimos 15 años, en la que el régimen natural aportará solo el 38% de los derechos, por lo que la gestión anticipada ha sido clave para sostener el riego.
Las opiniones fueron sólidas y bien fundamentadas: asegurar una oferta suficiente para todos los sistemas y definir volumen de regulación desde la Laguna del Maule que responda a criterios de sustentabilidad. Los años secos nunca llegan solos y la recuperación de la Laguna del Maule requiere varios ciclos con la hidrología actual.
Finalmente, el directorio alcanzó un acuerdo unánime, estableciendo un balance entre la oferta disponible, la gestión de los recursos ahorrados y una mirada estratégica hacia el futuro con foco en la sustentabilidad.
El calendario de distribución definido es necesariamente restrictivo. Durante la discusión emergió un tercer punto: la capacidad de la red de canales y obras de arte para adaptarse a lo inevitable. La oferta depende, principalmente, de las precipitaciones y solo puede ser complementada con los ahorros de temporada y el volumen de regulación de Laguna del Maule.
Si cada año tendremos menos agua, debemos desarrollar herramientas que aseguren que el recurso llegue efectivamente desde el río hasta los predios. Una infraestructura moderna y pertinente aporta al balance general: permite gestionar mejor la oferta, aumentar la eficiencia y evitar la necesidad de extraer más agua solo para mantener operativa la red de distribución.
El Maule debe avanzar hacia un plan de infraestructura adecuado, que permita seguridad hídrica en las casi 200.000 hectáreas productivas bajo administración de esta Junta de Vigilancia, la mayor superficie gestionada por una organización de este tipo en Chile.










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