Emprendedora de Centro de Belleza: “Es lo que siempre quise tener”

Trabajó hasta los 45 años en una empresa de venta de inmobiliarias, luego, inquieta por reinventarse y tener algo propio, pero que además le diera satisfacción, comenzó a realizar depilaciones, algo que partió tras un breve y sencillo curso de capacitación.
Ese fue el comienzo de Lissa Centro de Belleza que hoy se alza en la Avenida Presidente Ibáñez  560 junto a su dueña, Lisset Aparicio Martínez y su hija Andrea, como uno de los centros más reconocidos en Linares en este rubro.
Si bien en un primer momento pensaba sólo en concentrarse en las depilaciones, “luego de un accidente casero comencé a informarme y a buscar nuevas y mejores técnicas, dice Lizette.
“Andaba con mi camilla para todos lados y una amiga me prestó un rincón en su negocio donde recibía mis clientes, pero me di cuenta que en ese momento Linares no estaba preparado para este nuevo modelo de técnicas en belleza por lo que emigré a Santiago a perfeccionarme. Como toda emprendedora tenía temor a como me iba resultar todo, pero decidí dar el paso y enfrentar el desafío”, comenta.
Recuerda que en un curso de masajes, que fue otra de las especialidades en el que incursionó, una profesora le comentó que “tenía buenas manos”; oportunidad en la que aprendió mucha práctica pero no de la teoría, por lo que siguió investigando. Esta parte, la de los masajes me di cuenta que era muy solicitado para combatir el estrés y la sanidad física”.
Luego de conocer a un profesional de quien recibió conocimientos en masajes descontracturantes, de relajación se trasladó a Curicó donde l buscaban clientes de Santiago. “Estuve un año y me fue bastante bien, hacía sólo domicilios, andaba con mi camilla para arriba y para abajo pero me fue bien, valía la pena y regresé a Linares.”
El regreso fue el punto de inflexión para lograr establecerse en el céntrico, donde los clientes aparte de conocerla, se pasaban el dato y le entregaban de la confianza, un grupo selecto de visitas semanales que terminaron por convencerla de que había llegado el momento para concretar un proyecto grande.




A pesar de desconfiar en los fondos concursables, se atrevió y obtuvo recursos municipales para comprar camillas y algunos elementos de su naciente centro de belleza.
Luego, y con sorpresa dice que se encontró con una nueva oportunidad para obtener un subsidio al emprendimiento, y fue tal su entusiasmo que antes de postular ya se había conseguido el financiamiento para adquirir un moderno equipamiento que luego pudo comprar tras adjudicarse un fon Sercotec. “Postulé y lo gané”, dice con seguridad.

El apoyo del Centro de Negocios

Lizette Aparicio dice que reconoce en el equipo del centro de Desarrollo de Negocios de Linares, “un grupo de profesionales comprometido que hizo el seguimiento de mi caso. Me visitaron en terreno, conocieron mi realidad, y me acompañaron hasta obtener un resultado favorable, y eso se agradece bastante. Ellos se pusieron a mi nivel y entendieron perfectamente lo que quería saber y pudieron hacer simple, cosas que para mí eran muy complejas. En eso fueron clave.”

Un capítulo aparte dice se lo lleva su hija Andrea, “que se vino a vivir a Linares y ella pudo aportar mucho también a ese proyecto. El negocio funciona gracias a ella. Se involucró harto en el rubro; eso, perseverancia. Cuando yo empecé era nada, todo era nuevo para mí, pero hoy ella  también se capacitó, estudio cosmetología en Santiago, viajaba los fines de semana hasta que lo logramos”.

Como ha crecido

De hacer solamente depilaciones con cera, roll on y con hilo; hoy se desarrolla técnicas menos invasivas con alta precisión. A esto se suma limpieza facial, uñas, peluquería y terapia de masajes descontracturantes, de relajación y todo lo que se relaciona con estética corporal, para adelgazar, celulitis, en fin. “Es como lo que siempre quise tener, una parte donde viviera la clientela y pudiera encontrar todo lo que necesite. Todo en un solo lugar”.

Al mirar atrás

Al preguntarle como analiza este crecimiento logrado en el tiempo, dice que “ son siete años. Puede haber mucho de perseverancia en toda esta historia. Siento que me reinventé en algo que me gustaba, pero que no me había dado cuenta de las habilidades que tenía. Me gusta que la gente se vaya contenta y conforme con nuestro trabajo. Mi consejo para quienes buscan empezar o fortalecer sus negocios, que perseveren, que sean responsables de sus negocios, que tengan presente que tal vez no van atener una vida más liviana, porque van a tener que enfrentar muchos momentos que tal vez no van a ser los mejores, les va a quitar tiempo, tus clientes tienen que ser los primero para ti.  Que sean cada vez más profesionales en lo que hacen.”

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